jueves, 12 de julio de 2012

Olimpíadas de Los Angeles 1984


Era previsible la situación. Así como los norteamericanos lideraron el boicot de los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980, la Unión Soviética y otros países del bloque comunista no comparecieron a la competición de Los Ángeles en 1984. Los soviéticos citaron dos razones: falta de seguridad para sus atletas y uso inadecuado del evento para hacer propaganda contraria a los soviéticos y sus aliados. El único país del bloque que no cumplió con el boicot fue Rumania.

El costo de los Juegos en Los Ángeles fue de US$ 470 millones. La venta de los derechos de transmisión para los canales de televisión cubrió la mayoría de los gastos. En medio de tantos rumores, los países socialistas que boicotearon la competición acusaron a los americanos de corromper el espíritu olímpico. El comité organizador actuaba independientemente del gobierno de Washington pues buscaban solo apoyo de la iniciativa privada. Los equipos responsables de los programas olímpicos habían comenzado a trabajar en 1981, tres años antes. 

Sam, la mascota de los Juegos de Los Ángeles, nació en los estudios de Walt Disney. La mascota fue inspirado en la águila, símbolo de los EUA.  La ceremonia de apertura fue en el Memorial Coliseum y más de 90 mil personas estuvieron presentes. En la fiesta, los desfiles y los músicas fueron formados con perfección por centenas de participantes que recordaban los antiguos musicales de Hollywood. Participaron aproximadamente 20 mil personas en el espectáculo de apertura, incluyendo los 7500 atletas de los 140 países que compitieron. 

El comité organizador de los juegos ocultó hasta el último momento el nombre del atleta que tendría la oportunidad de llevar la antorcha olímpica. Muchos gritaban el nombre de la gimnasta Nadia Comaneci en homenaje a Rumania (único país que no siguió el boicot liderado por la Unión Soviética). Pero el público se sorprendió cuando la antorcha entró al estadio junto a Gina Hemphill, nieta del corredor Jesse Owens.