jueves, 12 de julio de 2012

Olimpíadas de Tokio 1964


La tradición dice que la última persona en cargar la antorcha olímpica debe ser un atleta del país anfitrión del evento. Por esta razón todos se sorprendieron cuando la antorcha que surgió en el Estadio de Tokio, durante los Juegos Olímpicos de 1964, fue conducido por Yoshinori Sakai. En esa época, él tenia apenas 19 años. El acto, asistido por 75 mil personas y por todo el mundo, era simbólico.

Yoshinori nació el 6 de agosto de 1945, en una aldea cerca de Hiroshima. Nació el mismo día en que la ciudad fue devorada por una bomba atómica, que hirió la alma japonesa y mundial. Aún con las cicatrices de la guerra abiertas, el joven japonés que nació en el día del primer bombardeo nuclear de la historia de la humanidad dejaba claro que su país seguía resistiendo. Casi 20 años después, Japón mostraba que consiguió sobrevivir la mayor tragedia de todas las guerras.

En 1964, por la primera vez la antorcha olímpica brilló en tierras orientales. Los japoneses mostraron la impecable organización. Los cuidados con la organización hizo con que los japoneses atrajeran centenas de observadores. El pueblo de la tierra naciente fue el más acogedor de todas las Olimpíadas.

Hasta los mismos norteamericanos recibieron un tratamiento especial. En menos de dos décadas, el país reafirmaba su condición de superar las adversidades. Así fue en el terremoto de 1923, cuando murieron 150 mil personas e en 1945 año en que los bombardeos nucleares quitaron la vida de más de 120 mil japoneses.
El país vivió momentos de aprensión algunos días antes de la ceremonia de apertura. Los meteorologistas anunciaban que el huracán Wilma podría entrar en acción cerca de Tokio. Pero el temor no concretizó.  En la fiesta, los atletas se abrazaban y se saludaban. Al final millares de palomas blancas buscaban nuevos destinos y el país de los samuráis se despedía: sayonara. Participaron 93 países y 5.140 atletas.